¿Que es el Sentir Consciente?

El Sentir Consciente. Excesos

Cuantas veces el exceso de adjetivos (bonito, malo, pequeño.....) adverbios (más, mal, regular....), preposiciones (con,  por….) que definen nuestras experiencias, las limitan creando dependencias.
Crean una tensión inútil y dolorosa. Nos excluyen y nos estancan sin posibilidades.

El campo semántico  (mucho, malo, sin...) se soporta en un campo energético. Muchas veces lo bueno detona lo malo y entonces, no queremos lo bueno. Con es detonante de Sin, y así sucesivamente.

También podemos necesitar todos estos excesos de definiciones porque nos amparan, nos apoyan creando dependencias que nos impiden ser.

El Sentir Consciente nos permite detectar todos estos excesos y restaurar el campo energético.

La experiencia en sí misma no necesita ser definida porque en sí misma adquiere precisamente, todo el significado de cada momento.

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El Sentir Consciente: La muerte en Samarcanda

Es un cuento de la tradición oriental que nos relata como la muerte va a buscar a un hombre al que le ha llegado su hora. El hombre le pide más tiempo y la muerte lo cita en Samarcanda, donde vive, al cabo de una temporada. La idea del hombre es librarse de la muerte y no volver a Samarcanda bajo ningún concepto, pero ineludiblemente, el hombre vuelve a Samarcanda de la manera más inesperada y se encuentra con la muerte, que lleva a cabo su cometido.

Todas las cosas que ignoramos, tapamos o no aceptamos ocupan un espacio, un lugar concreto. Un lugar en el territorio del cuerpo físico o fuera de él. Y es precisamente porque resuena, porque altera el cuerpo físico, por lo que lo experimentamos como un sufrimiento, incomodidad, desconexión,... limitándonos e impidiéndonos experimentar la completitud, la conexión.

A través de El Sentir Consciente podemos detectar lo que nos limita y restaurar el territorio.

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El Sentir Consciente: Inclinarnos ante “el Gran Orden”

A través de El Sentir Consciente podemos detectar lo que guardamos,  lo que escondemos y protegemos y nos causa sufrimiento, cuando inclinamos la cabeza ante el otro para  rendirnos al “Gran Orden”... Podemos detectar lo que nos causa sufrimiento.

Contactamos con lo que nos está sucediendo, lo sentimos en un espacio “transfísico”  y  se resuelve, se libera la energía que causó  el sufrimiento. Lo hemos  reconocido, dado  espacio, lugar, y así, hemos restaurado nuestro territorio.
Inclinamos la cabeza ante el otro y precisamente este movimiento nos permite sentir, ver qué es lo que nos está sucediendo.

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