Ponte en situación: viene tu marido, tu mujer, tu hijo, esa persona con la que hay la mayoría de las veces "un lío emocional, una confusión" y te trae a la cama, por la mañana, lo que más te gusta tu cafecito, tu juguito... Tú te lo tomas, tomas la acción, el cafecito, el juguito o lo que sea, lo agradeces y comienzas tu día .
Esta es una posibilidad, pero la más frecuente sería : "Uhmmmm que bien porque me estaba sintiendo fatal" o "como me quiere, ojalá lo haga todos los días" o "que culpable me siento yo no tengo estas atenciones" o "¿qué querrá?", "ahora lo tendré que hacer yo para compensar", "qué malo/a soy no estoy a la altura".
Infinitas respuestas. Me trae mi cafecito siento una emoción y mi cabeza se dispara conjeturando, en alerta. Me lo hacen a mi, y ese "mi" se desata, se separa. Y ahí comienza la historia.
La mente nos lía, nos ata, nos confunde. Se ha disparado, no ha podido establecer el diálogo con el cuerpo y se ha ido a generar cualquier historia . Historias que atan que confunden ¿ Y si la mente se reconoce en el cuerpo? ¿qué estoy sintiendo? ¿qué está ocurriendo cuando llega mi café o mi jugo? Le da lugar, lo ve, lo reconoce. Precisamente en ese lugar del cuerpo donde se genera la incomodidad.
Cuántos gestos, cafés, jugos o lo que sea han acabado en dramas, separación/sufrimiento.
¿Cómo Nos tomamos los cafés? ¿Cómo nos lían las historias?
Vamos a contarnos cada uno las nuestras , para cazarlas cada vez que aparecen, son signos, que señalan nuestra separación . Historias que parecen alimento para la mente aislada, desconectada.
Gracias a Alain Allard, le tomé prestado lo del cafecito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario
http://www.elsentirconsciente.com